Nuestro campo deja una valiosa lección en Unibagué
- Camilo Yepes
No solo respiramos la región: también aprendimos una gran lección sobre el campo del Tolima, en especial, sobre los campesinos del sector La Martinica y el corregimiento Toche, en Ibagué, quienes buscan cada día un mundo mejor a través de los productos que nos ofrecen, todos ellos cultivados con una sabiduría especial.
Yolanda Hernández es un ejemplo de esta vocación. Nació en Toche y tuvo que desplazarse a Boyacá, producto de la violencia de ciertas épocas, pero regresó al pueblo, donde dio a luz a sus cuatro hijos y los sacó adelante, a punta del cultivo de arracacha.
"Llevo unos 30 años en esto del cultivo, sembrando, desyerbando y administrando. Me gusta vivir en este lugar, porque allí tuve a mis hijos. Ahí se levantaron y estudiaron y cultivando arracacha los saqué adelante", dice ella, quien trabaja en Malteadas de Arracacha de Sofi.
(Te invitamos a recordar: Chaparral e Ibagué estuvieron más cerca, con Respirando Región)
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Son historias que nos acercan al campo, que fueron expuestas en la feria Respirando Región, cuya tercera edición se enfocó tanto en dichos sectores ibaguereños como en los Mercados Campesinos de Ibagué y el Mercado Agroecológico del Tolima.
Una producción generosa
Desde veredas y corregimientos llegaron propuestas diversas basadas en chachafruto, cacao, orellanas, arracacha, cidra, café, plátano, chucula, bore y otras tantas delicias, en una jornada amenizada con música tradicional danzada y cantada por la comunidad Unibagué.
En la vereda La Pedregoza, en la parte alta del barrio La Gaviota, de la comuna Seis de la capital tolimense, reside doña Luz Marina Oyola, representante de un hogar que se sostiene con el cultivo orgánico de productos con los que sus hijos se alimentan.
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"Esto no contamina el agua ni el aire. A nuestra pachamama la respetamos. Siempre digo que lo que uno cultiva es de lo que los hijos comen. Nos dicen que estamos locos, que no vamos para ninguna parte, pero siempre digo que no es así", confiesa la líder.
La experiencia de la ruralidad también la tienen clara los estudiantes que cursan el semestre Paz y Región, quienes exhibieron su proceso. Emmely Cendales, de Ingeniería Industrial, trabajó con las fundaciones Nutresa y Andi en Chaparral y en San Antonio.
(Más imágenes de Respirando Región 2019B, aquí)
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Su trabajo estuvo enfatizado en "capacitación a los productores en finanzas, manual de procesos y procedimientos, el reglamento interno, chequeo de buenas prácticas, matriz Iper (Identificación de Peligros y Evaluación de Riesgos) y acompañamiento en asociatividad".
Entre tanto, Nicolás Torres, del mismo Programa, consideró que su trabajo en mediación cultural para niños y adolescentes en conjunto con la Alcaldía de Santa Isabel tiene un trasfondo especial, digno de valorar y destacar.
"Me parece que la paz se desarrolla más desde estos grupos, porque en la casa y la familia vienen con buenos deberes y valores, así hay un proceso de gestión en la que se refleje la paz", contó el joven, quien también acompañó labores administrativas en dicha institución.
La premisa de Respirando Región se cumplió, porque lo vital, como señaló el rector César Vallejo Mejía, era reiterar que las comunidades "son también parte de Unibagué. Esta es una lección que recibimos y nos ayuda a entender la región, aprendiendo de lo mucho que ustedes saben".